La Almazara de Starck ya ofrece una experiencia única para los visitantes

Desde hace unos meses los rondeños y las personas que nos visitan pueden disfrutar de una experiencia única en la finca que LA Organic tiene en nuestra ciudad.

Los propietarios han puesto en marcha una primera fase a la espera de los permisos para el nuevo edificio.

Ronda cuenta desde hace unos meses con un nuevo aliciente turístico del máximo nivel. Durante años se ha hablado mucho de la Almazara de Philippe Starck pero pocos son los que saben que en la actualidad ya se puede visitar una primera fase de uno de los proyectos más ilusionantes que hay en la ciudad para el futuro. Situado en la carretera de Campillos el visitante ya puede acudir a conocer una finca en la que se puede conocer a fondo todo el mundo de los olivares y de la producción del Aceite de Oliva Virgen Extra.

El pasado viernes periodistas y agencias de eventos tuvieron la oportunidad de disfrutar de una jornada en la que además de visitar los terrenos, el greem house, el huerto ecológico y el hotel tuvieron la oportunidad de recolectar sus propias aceitunas y participar en todo el proceso de producción que terminó con el “oro liquido” en unas elegantes botellas de cristal.

La experiencia es realmente sorprendente ya que de la mano de Santiago Muguiro y su equipo los asistentes quedaron gratamente impresionados por la calidad y la búsqueda de la excelencia en un proyecto que ya es una realidad con atractivos de primer orden. En la visita se ha cuidado hasta el último detalle con caminos de grava roja, cipreses, frutales y una completísima muestra de las principales variedades de olivos que existen. La iniciativa se completa con un pequeño pero espectacular hotel de cuatro habitaciones que es un ejemplo de funcionalidad, decoración y servicios para el viajero.

Aunque el visitante queda impresionado desde el primer momento en su ruta con los detalles y sorpresas que ha aportado el mismísimo Starck, lo más divertidos fue el momento en que los presentes se colocaron los monos de trabajo y tuvieron la oportunidad de recoger sus aceitunas para después dirigirse a una pequeña molturadora en la que en menos de una hora las olivas se transformaron en un espectacular aceite lleno de sabores.

En definitiva una iniciativa que va tomando forma y que deja entrever el buen hacer de una propuesta que puede ser espectacular cuando se logren los permisos para construir el nuevo edificio.

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